11 de agosto de 2006

Abran los ojos y cierren la cartera

Xavier Velasco
Milenio
07/08/2006

“Abran los ojos y cierren la cartera”, respondió el sr. lic. (Ebrard) a nuestra carta, y sin imaginarlo me regaló la prueba que ahora esgrimo ante los lectores, que son quienes se encargan del alimento providencial de mi cartera. Una vez que atendí, no sin sorpresa, al atento mensaje del sr. lic., revisé una vez más la invitación, luego mi cuenta de cheques, al final mi cartera y nada: tengo plena certeza de que nadie me ha dado ni prometido un centavo por firmar nada. Es decir que al fin cuento con pruebas fehacientes: me consta que estoy siendo calumniado, como seguramente es el caso de los otros 134 que firmaron el documento. Ello me abre los ojos, y de paso me integra honrosamente al club de los millones de ciudadanos insultados y calumniados “con todo respeto” por quienes se han propuesto gobernarnos a cualquier precio.

Al sr. lic. no le consta que mi cartera haya engordado recientemente, y a cambio a mí me consta su ligereza. ¿Cómo puedo creer en las dudas sembradas por su moralenführer, si ya veo lo fácil que le resulta inventarle delitos al primero que osa opinar diferente? Gracias a los empeños del sr. lic., estoy al fin del lado del lado de los agraviados, y como ya lo dije somos millones los facultados para abrir los ojos a la frivolidad de los acusadores. ¿En el nombre de qué debemos aceptar que un partido incapaz de organizar sus elecciones internas sin profusión de trampas y fraudes, dé a las autoridades electorales lecciones teóricas de democracia? Nada de esto podría mirarlo tan claro sin la oportuna intervención del sr. lic., de quien ahora me consta que no siempre dice la verdad, pues lo he visto soltar una mentira con los ojos que el me ha pedido abrir. ¿Peco de rigorista si sospecho que en sus demás acusaciones el sr. lic. tampoco es demasiado escrupuloso? ¿Me excedo si deduzco que el sr. lic. sobrestima el poder del dinero y subestima el de la libertad? ¿Pido mucho si espero que comparta la razonable y respetuosa dignidad de la carta que otros —más de uno amigo mío— firmaron en apoyo de las demandas perredista? En todo caso, le ofrezco al sr. lic. las gracias por la luz, y pongo a su disposición el 50 % de mis ganancias por el presente escrito. Lo traeré en la cartera, para cuando se ofrezca.

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