19 de mayo de 2006

¿Audiencia con el pelele?

Yuriria Sierra
Excelsior - Nudo Gordiano
19-05-2006

Anteayer, Andrés Manuel López Obrador fue presa de una crisis de ira y soberbia: en un discurso inflamado, llamó “pelele” y “títere de intereses extranjeros” a Vicente Fox. El ardor nada republicano que se apropió del Peje volvía a colocarlo en una situación idéntica al “cállate, chachalaca”. Esos ímpetus incontrolados pueden ser de altísimos costos. Además, esta nueva declaración, la del “títere”, es prácticamente idéntica a la famosa “aportación” de Hugo Chávez al llamar a Fox “cachorro del imperio”, lo cual le permitiría al PAN elaborar un spot mucho más filoso, si se trata de comparar y establecer similitudes de discurso entre el candidato y el venezolano.

Recuento de daños o tomemos un café. Sin embargo, evidentemente, la estrategia de la campaña de Andrés Manuel López Obrador ya fue puesta en manos de un verdadero experto en la materia (sabíamos de algunos a quienes “andaba buscando” nada más y nada menos que René Bejarano en días recientes), un verdadero asesor de campañas y, ni tardos ni perezosos, ayer realizaron un recuento de daños en varias pistas.

El objetivo central era desviar la atención respecto de las declaraciones de Andrés Manuel López Obrador y trasladar el foco hacia otro lado. Lo lograron: cuando El Peje anunció que pediría una audiencia con Vicente Fox, para “serenar los ánimos”.

Así logró que nadie, ningún medio de comunicación o ninguno de sus opositores, insistiera en los nuevos calificativos que le propinó al presidente.

Y de paso, cercar al enemigo. El anuncio fue tan sorpresivo que el reciente pecado declarativo pasó, en menos de 24 horas, al olvido de facto. Hasta la tarde-noche de ayer, ninguna notificación oficial de la solicitud del candidato de la Coalición por el Bien de Todos había llegado a Los Pinos, pero el objetivo se había conseguid que el soundbite de “pelele y títere de los extranjeros” siguiera dando vueltas por todos los medios de comunicación. Y, por otro lado, el de tenderle una celada a Fox: el día de hoy, primero Rubén Aguilar y luego el presidente mismo, serán cuestionados hasta arrancarles una postura oficial respecto de la solicitud: y si el mandatario dice que no, entonces El Peje habrá conseguido un regalito adicional: la oportunidad de señalarlo como parcial e indispuesto al diálogo y a la civilidad. Si el presidente guarda silencio, AMLO habrá conseguido lo que tanto reclamaba: callar a Fox.

Y si no esta audiencia, la otra audiencia. Y por si acaso la estrategia del cafecito en la residencia oficial no funcionaba como cortina de humo, en la campaña del PRD prepararon dos dardos adicionales con el mismo objetivo.

Por un lado, presentaron una nueva denuncia, ahora en la PGR, sobre los nuevos spots del PAN, en los que aparece López Obrador en la toma de pozos en Tabasco y los lamentables sucesos de Tláhuac durante su gestión en el Gobierno del Distrito Federal.

Por si acaso la demanda no atraía los reflectores de los medios, Gerardo Fernández Noroña soltó otra perlita: que Vicente Fox había intentado convencer a Jorge Emilio González, el tristemente célebre Niño Verde, de unirse a la campaña de Felipe Calderón.

Y funcionó: del “títere” y del “pelele”, hoy, ni quien se acuerde.

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