20 de mayo de 2006

Salir del clóset: PRI-AN y PRI-RD

Yuriria Sierra
Excelsior - Nudo Gordiano
20-05-2006


Por fin, el bipartidismo de clóset en el que México ha vivido durante los últimos 20 años se animó a dejar el armario y deschongarse en las vísperas de la elección presidencial. Y pasará, necesariamente, por el desfonde del PRI. En menos de dos días, sucedió lo que no había pasado en casi dos décadas… Anteayer vimos la inclusión de una parte importante de los priístas del sexenio zedillista sumándose a la campaña de Felipe Calderón y, apenas ayer, con un anuncio sorpresivo, Roberto Madrazo invitó a Andrés Manuel López Obrador a crear un “frente común” con el objetivo de evitar la llamada “elección de Estado”. Pero vamos por partes:

Con melón y con sandía. Lo que en este sexenio fue claro como el agua (después de la derrota electoral del PRI en el año 2000 y agotado su pegamento más poderos el poder presidencial) es el hecho de que en ese partido político vivían enclosetadas dos grandes tendencias ideológicas. Y ojo, no son ni hay que confundirse con los antiguos ejes derecha/izquierda (eso, como tal, ya no existe), sino el nuevo eje que se ha apoderado de América Latina: Progres contra Retros o bien Tecnos contra Dinos o bien Neoliberales contra Populistas… Aquellos que creen que la ruta económica del libre mercado es la adecuada y aquellos que aseguran que el Estado debe ser rector de la economía… O lo que es lo mismo, panistas y perredistas de clóset tricolor. Esta división estaba tácitamente clara desde principios de sexenio, cosa que quedó clarísima en las dos legislaturas que han trabajado en el sexenio. Prácticamente, en todas las reformas y debates de importancia que se discutieron en San Lázaro, no veíamos un voto priísta, sino dos votos priístas: unos cargados hacia la postura panista y otros a la perredista. Pero no fue hasta estas últimas 48 horas, cuando el PRI agarró el camino azul y el camino amarillo. La cargada se acabó.

El PRI-AN o adiós a Madrazo. Volviendo pues, a la coyuntura, no sólo fue noticia el hecho de que Diódoro y compañía zedillista se reunieran y le manifestaran su apoyo a Felipe Calderón Hinojosa, sino que se suscitó otro evento que confirma lo que hace apenas dos días comentamos en este mismo espacio; una mayoría de los gobernadores del PRI jugarán este 2 de julio en cancha de pasto azul. De un total de 17 mandatarios locales priístas, sólo cinco acudieron al encuentro con Roberto Madrazo. Este vacío prendió todas las alarmas en el cuarto de guerra madracista.

Lo cierto es que, seguramente, una parte importante de la estructura del PRI será puesta al servicio del candidato del PAN. No de a gratis, claro está. Seguramente veríamos a dos o tres priístas en el gabinete de Felipe si esos apoyos se traducen en una victoria electoral. Priístas que, sin duda alguna, se encuentran más cercanos, ideológicamente, al programa de gobierno panista que al de Roberto Madrazo.

Pero amén de las comuniones ideológicas, este sector del priísmo (que no sólo son los zedillistas y los gobernadores, sino también el otrora llamado Tucom) fue severamente desplazado por Roberto Madrazo; y no olvidemos que la fórmula mágica del PRI durante más de 70 años fue aprender a repartir el pastel entre todos. Si el poder fue el afrodisíaco de ese partido durante todo ese tiempo, su pegamento fue la distribución del mismo. Los calderonistas lo saben, y por eso buscaron entre quienes ofrecían lealtad a cambio de darles juego político, y votos, a cambio de darles opciones de futuro.

El PRI-RD o los primos-hermanos. Tal como Emilio Chuayffet lo dijo alguna vez, el PRI y el PRD son algo así como primos hermanos. No en balde su denominación de origen. Pero tampoco en balde el priísmo que conforma el primer círculo de Andrés Manuel. Y mucho menos en balde la declaración de Roberto Madrazo en el sentido de crear un frente común. Ayer mismo vimos publicada una fotografía de un encuentro dizque “casual” entre Manuel Camacho Solís, coordinador de las redes de AMLO, y David Penchyna, coordinador de Roberto Madrazo. ¿Casualidad? De ninguna manera. Tanto los tirios como los troyanos saben que pueden necesitarse el 3 de julio… Pero, ojo, no para los mismos fines…

Madrazo o… vende caro tu amor. Es obvio que el candidato de la Alianza por México sabe que su tercer lugar es ya irrevocable: su apuesta por el voto duro priísta y por la estructura se desfonda en el momento en que los gobernadores del PRI no se sienten ya comprometidos con el candidato de su propio partido. ¿Se va a sumar Madrazo a López Obrador? En lo absoluto. La estrategia de Madrazo bien puede ir por otro sendero. Como me decía Carlos Casillas ayer en el programa de radio en Imagen Informativa, más que ser un guiño de ojo a López Obrador, la declaración de Madrazo podría tener como telón de fondo el encarecer su reconocimiento de la victoria el 3 de julio. Como tercera fuerza política, puede vender muy caro “levantarle la mano” al ganador, sobre todo si el margen de victoria es muy estrecho. Según lo revelan las encuestas, hoy, Felipe Calderón ganaría el 2 de julio, pero posiblemente por pocos puntos porcentuales. Así pues, el día de ayer, Madrazo convocó al Peje a crear un frente para evitar una “elección de Estado”, pero en realidad estaría usando a Andrés Manuel para mandarle un mensaje muy preciso a Fox y al PAN: les va a costar muchísimo que el candidato del PRI salga en cadena nacional validando y legitimando el triunfo de Felipe.

Addendum: Lo curioso es que esta coyuntura será tan sólo el detonador (el “empujoncito”) que el PRI necesitaba para salir de sus respectivos clósets ideológicos y abrir paso al régimen de partidos necesario y sanar la comprensible neurosis en la que México ha vivido durante los últimos años. Todos saldrán ganando y respirarán libres, contentos y… bipartidistas.

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