26 de abril de 2006

El Posdebate

Leo Zuckermann
Excelsior - Juegos de Poder
26-04-2006

Cuando usted lea estas líneas, estaremos plenamente instalados en el posdebate. Lo que suceda en este periodo determinará, en mucho, quién será percibido como el vencedor efectivo. Las campañas saben esto y en consecuencia lanzarán todo tipo de artificios comunicativos con el objetivo de convencer de que su candidato fue el mejor.

Partamos de la premisa de que la mayoría del electorado no vio ayer el debate en vivo y completo, ya sea porque no pudieron hacerlo o porque, simple y sencillamente, no les interesó.

En este sentido, se enterarán de lo ocurrido en el posdebate. Van a recibir la información filtrada a través de noticiarios, programas especiales, spots publicitarios y pláticas con gente allegada. De ahí que las campañas traten de influir en este complejo proceso de transmitir la información.

Seguramente, en este preciso momento habrá un verdadero aluvión de opiniones sobre el debate de ayer. Las campañas van a mandar a sus mejores voceros como porristas, para persuadir de que su candidato fue el mejor.

Los mismos aspirantes aprovecharán la ola noticiosa para capitalizarla en su favor. Madrazo, Calderón, Mercado y Campa estarán presentes en todo tipo de medios. Por su parte, el gran ausente, López Obrador, también dará su particular veredicto de lo sucedido; con toda seguridad va a insistir en que él, a pesar de no haber participado, ya ganó, no sólo el debate, sino la elección.

Muchos espacios mediáticos darán la posibilidad de que la gente opine. Algunas de las participaciones van a ser, efectivamente, espontáneas, pero otras serán parte de un esfuerzo organizado por las distintas campañas para apoyar a sus candidatos. El líder del PRD en el DF, Martí Batres, ya ha aceptado, por ejemplo, que ellos tienen un “sistema de respuesta rápida popular”, donde las huestes perredistas llaman a los medios con el fin de respaldar sus posiciones.

Luego estará el asunto de las encuestas. Se van a presentar varias, telefónicas, que son rápidas de levantar. Cada campaña utilizará las que les convengan si muestran que su candidato fue el ganador. También habrá nueva ronda de spots publicitarios para exhibir las virtudes de los aspirantes, sus principales mensajes y sus momentos memorables en el debate.

En una de ésas, incluso, se combinarán supuestas encuestas con spots, como eficazmente lo hizo Fox en el 2000. Después del debate, el guanajuatense trasmitió un comercial donde se declaraba ganador del evento, con la consecuencia de que muchos mexicanos habían cambiado sus intenciones de voto en favor de él. En el spot aparecía una gráfica de barras con las preferencias electorales de cada uno de los candidatos y de los indecisos; de repente, después del debate, pedazos de barra saltaban a la de Fox quien, al sumarlas, quedaba en el primer lugar de la contienda. El comercial había sido grabado antes del debate, por lo que las presuntas encuestas que demostraban el cambio de las preferencias nunca existieron. Esa farsa, sin duda, le funcionó bien al panista.

El posdebate es fundamental para partidos y candidatos. Tratarán de influir (algunos dirían manipular) en la opinión de los electores acerca del debate. De esta forma, en estos días, usted estará expuesto a todo tipo de artificios comunicativos sacados del baúl de la propaganda política.

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