Catón
Reforma - De Política y Cosas Peores
24 de mayo del 2006
Me preocupa lo que sucederá el día de la elección presidencial, pero más me preocupa lo que sucederá un día después de la elección presidencial. Esta elección, según muestran todas las evidencias, será una elección cerrada que quizá se decidirá por algunos cientos de miles de votos. Es posible que quien alcance la victoria no la obtenga en modo aplastante que no deje ningún lugar a dudas. El mayor problema podría presentarse si Calderón triunfa en la elección y López Obrador la pierde por escaso margen. Seguramente AMLO no aceptaría su derrota sin más ni más. Impugnaría el resultado de la jornada electoral y trataría de conseguir la anulación del resultado. A fin de lograr eso, no vacilaría en recurrir a medidas de presión, para las cuales lanzaría su gente a las calles. Las condiciones de pobreza de muchos mexicanos propiciarían esas acciones, con riesgo para la tranquilidad social y la estabilidad política del País. Hay quienes dicen que es preferible tener a López Obrador seis meses en la calle, y no seis años en la Presidencia, pero eso es más fácil de decir que de padecer. Si eso sucediera, seguramente Madrazo se uniría a AMLO en la impugnación, pues ya se ha visto en ambos la voluntad de juntar fuerzas ante la que consideran una elección de Estado, suposición que Fox ha fortalecido con actos y declaraciones que en vez de favorecer a Calderón le han acarreado daño. Por otra parte López Obrador ha puesto en duda una y otra vez la imparcialidad del organismo electoral. Parecería que el candidato perredista está preparando el ambiente para negar, en caso de ser derrotado, la validez del proceso electoral, que desde ahora tilda de amañado. Se juega, pues, en este trance, algo más -mucho más- que la silla presidencial. Está en suerte lo que podría llamarse “la paz de la República”, su estabilidad política y social. Por eso debemos empeñarnos en mantener el talante democrático que se instauró hace apenas un sexenio. La idea de la concordia nacional debe prevalecer por encima de los intereses de partido, de las ideologías y pugnas de política. Sea cual sea el resultado, sea quien sea el candidato que obtenga la mayoría de los votos depositados -así esa mayoría se consiga por estrecho margen-, todos debemos acatar el fallo del organismo electoral, que ciertamente no ha dado en su actuación ningún motivo para que su imparcialidad sea puesta en duda. México importa más que López Obrador, Madrazo o Calderón. Los mexicanos valemos más que el PRD, el PAN o el PRI. Por encima de esta coyuntura electoral, por otra parte efímera, importan el bien de la Nación y el interés de sus habitantes… Solicia Sinpitier, madura señorita soltera, tenía dos pericos, y no podía saber cuál era el macho y cuál la hembra. Le sugirió un veterinario: “-Obsérvelos sin que se den cuenta. Si uno de ellos se trepa sobre el otro ya sabrá usted que es el macho. Póngale entonces en el cuello una cinta de tela blanca para distinguirlo”. Así hizo la señorita Sinpitier: observó a los periquitos, y cuando empezaron a hacer lo suyo le puso al loro macho un collar de tela blanca. Pasaron algún tiempo, y cierto día el padre Arsilio llegó a visitar a Solicia. El loro ve el alzacuello que llevaba el buen sacerdote y le dice: “-¿También a ti te pescaron, compañero?”… En el bar, Juan le pregunta a Pedro: “-¿Qué harías si en este momento supieras que dentro de una hora se va a acabar el mundo?”. Responde Pedro: “-Me pondría a follar a todo lo que se moviera. ¿Y tú?”. Contesta Juan: “-Me estaría quietecito”… FIN.
24 de mayo de 2006
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