24 de mayo de 2006

Tribunal Censor

Mario Campos Cortés
Diario de Campaña
24-05-06

La política mexicana tiene a un nuevo censor. ¿Su nombre? Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Protagonista, sin duda, del sistema electoral, el tribunal ha caído en la tentación de asumir funciones más allá del estricto rol que le asigna la ley, para convertirse en una especie de calificador del nivel de los contenidos de la contienda. Obligados por las impugnaciones de los distintos partidos, los magistrados se vieron en la obligación de opinar sobre la validez o no de diversos spots.

El hecho en si no implica ningún problema. En su papel de garantes de la legalidad, los jueces evaluaron si se traspasaron los límites establecidos por la ley en materia de difamación y calumnia. En ese sentido ha sido plausible su decisión – en el pasado - de condenar aquellos elementos que constituyen una violación al marco legal. Caso concreto fue su oposición a la frase usada en un comercial panista que acusaba a Andrés Manuel López Obrador de haber permitido los presuntos delitos cometidos por su ex colaborador René Bejarano. Si el tribunal si hubiera quedado ahí, estaríamos celebrando su actuación.

El problema es que decidieron actuar como autoridades morales en la contienda. En esa lógica, determinaron, por ejemplo, que las expresiones contenidas en los mensajes deben estar enfocadas en “fomentar el voto razonado de los electores” y coadyuvar a una “mejor comprensión de las propuestas de los candidatos contendientes”. En principio nadie puede estar en contra de ese espíritu, mientras el Tribunal no pretenda decidir cuáles son las herramientas válidas para fomentar ese voto razonado.

En su fallo, los Magistrados también definieron que “todos los mensajes en los que se coloca a López Obrador como un peligro para el País son negativos y señalan acciones del pasado que no tienen que ver con futuros programas o planteamientos propuestos por la coalición” por el Bien de todos.

Afirmación lamentable que revela el deseo del Tribunal de atribuirse – o delegar en el Consejo del IFE - la facultad de decidir qué elementos del pasado de los aspirantes son relevantes o no para sus futuros cargos. A eso se suma el criterio en contra del spot del PRI, que calificaba a Andrés Manuel López Obrador como un mentiroso por haberse pronunciado a favor de los debates, y luego no asistir al primero. Según los magistrados no se puede acusar a López Obrador de “tener el hábito de mentir” por un simple cambio de opinión.

Para muchos, especialmente quienes simpatizan con el Candidato de la Alianza por el Bien de Todos, la actuación del Tribunal es digna de reconocimiento. Más allá de los casos ganados, consideran que con esto se estimula una contienda más propositiva, mundo deseable que difícilmente se puede refutar.

El problema es que aún con esas intenciones, se abrió una puerta para la censura que es motivo de preocupación. Más aún, se trata a los ciudadanos como si fueran menores de edad.

Si el PAN considera que López Obrador es un peligro para México, está claro que es su opinión. Se puede compartir o no en función de nuestra propia experiencia, pero es a todas luces un asunto subjetivo. Tanto, como considerar a Felipe Calderón como el candidato del empleo o a Roberto Madrazo como el promotor de la seguridad.

Si los electores creen o no en esos dichos es un asunto de criterio que nadie debe prejuzgar. Y si eso aplica en términos positivos, debiera ser igual en sentido negativo. Hace unos meses, López Obrador calificó a Vicente Fox como una chachalaca; semanas después, se refirió al Presidente como un títere y un pelele. Quizá algunos compartan su visión, para otros, es una estrategia desafortunada. Lo importante es que son los votantes los que calificarán en las urnas a los aspirantes.

En las próximas semanas veremos qué peso tuvo esta decisión en el desarrollo de la contienda. Por lo pronto, ahora será el Consejo General quien atienda las próximas controversias.

¿Se habrá ganado en el camino de una contienda más positiva, o se habrá abierto la puerta a la censura? En las semanas que quedan hacia el 2 de julio, sabremos la respuesta.

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