8 de junio de 2006

Emoción mata razón

Enrique Canales
Reforma
8 de Junio 2006

En un debate, las virtudes escénicas emocionan de inmediato mientras las virtudes políticas requieren tiempo de reflexión. No sé qué es menos dañino para nuestra salud política; que los candidatos nos lancen porquerías acerca de sus contrincantes o nos lancen ofertas fantasiosas imposibles de cumplir y que ponen en peligro la delicada estabilidad del país. Pero las mentiras y falsedades de las campañas políticas son similares a las de casi todas nuestras expresiones públicas.


Porque somos creídos emocionales, nos lanzan ofertas comerciales del tipo: "con estas fantásticas píldoras estrene su nueva figura en tres semanas", "con nosotros usted siempre paga menos", "aproveche nuestra súper promoción por pre-temporada", "nuestra escuela garantiza el éxito de tus hijos", "gran venta de liquidación con 50 por ciento de descuento y cero intereses", "sin necesidad de ejercicio, elimina toda la grasa de tu panza", "si tomas estos medicamentos naturales, tu tumor desaparecerá".

Porque somos creídos emocionales nos lanzan ofertas políticas: "habrá un lugar para todos los jóvenes que quieran entrar a la universidad", "voy a limpiar al país de todos los corruptos", "ya no habrá privilegios para nadie", ¿ni para la cooperativa de Refrescos Pascual?, "vamos a reducir el número de burócratas", "habrá subsidios y crédito para el campo", "quitaremos el maíz y el frijol del Tratado de Libre Comercio y los socios no nos quitarán nada a cambio", "bajaré el precio del gas y de la luz y nadie saldrá perjudicado".

Por creídos emocionales, también desde siempre hemos escuchado ofertas religiosas: "ayuda a la fiesta del Santo Patrono y él te ayudará", "si rezas la siguiente oración nueve veces al día, sanarás de tu enfermedad", "pare de sufrir si nos da una buena limosna". También hay ofertas placenteras de justicia social universal: "el que la hace la paga", "al que cumple con su deber, siempre le va bien", "el que estudia tiene su futuro asegurado", "al que madruga Dios lo ayuda".

Entre más desarrollada esté la persona o la comunidad, es menos afectada por esta sarta de mentiras y falsedades porque utiliza la razón en proporción cada vez mayor en comparación con la emoción.

Entre menos desarrollada e inmadura sea una persona o una comunidad, más pesan los valores emocionales; como el patriotismo de banderitas, el folclor, la tradición, el resentimiento, la etnia, el cachondo sentido de pertenencia, la fidelidad a las personas, el apego a la tierra, los fantasmas, los espíritus del más allá y los temores infundados. También la inmadurez se nota en la credulidad que se les confiere a los líderes mesiánicos, ya sean religiosos o políticos.

Entre más desarrollada sea una persona o una comunidad, vive menos angustiada porque puede operar mejor su entorno utilizando la razón, selecciona lo bueno del nacionalismo, lo bueno de la tradición, la espiritualidad y el humanismo de la religión, no espera nada gratis, comprende el valor de su esfuerzo personal y el avance del conocimiento, procura y logra ser útil a los demás. Las personas maduras y las comunidades desarrolladas no viven resentidas porque comprenden las diferentes versiones de la historia. Su escepticismo y liberalismo son producto de la utilización de la razón y del control de sus animalescas emociones.

Escuchando y observando las ofertas políticas de los candidatos, podemos diferenciar cuáles van dirigidas a nuestra parte racional y cuáles van dirigidas a nuestra parte emocional. Siempre, al permitir que se nos despierte la ambición o la emoción, se nos nublina la razón. Necesitamos hacer un esfuerzo racional para vencer al yo animal emocional que ya está saboreando tal oferta política o comercial.

Andrés Manuel ofrece aumentar el 20 por ciento del ingreso al quitar impuestos, bajar la luz y el gas y dar otras ayudas a los que ganan 9 mil o menos pesos al mes. Andrés Manuel piensa que entonces va a haber más dinero en el país para activar la economía. ¿De dónde, corazón? Otra vez, te ofrecen dinero gratis que no te dan y luego te quitan más con la inflación que vendrá. Esta oferta política abrupta y sin fundamento se la creen muchos emocionales.

Curioso, acabo de ver una oferta comercial por ahí, que dice: "Te regalamos el 20% de dinero electrónico". Obviamente, los mismos mexicanos emocionales que le creen a la oferta del Peje, también se van a creer esta oferta comercial.

Entonces, la calidad de las ofertas políticas tiende a igualar la calidad de las ofertas comerciales y también la de muchas de las ofertas religiosas y la de las de justicia social universal. ¿Solución? No podemos cederle a un líder la solución a nuestros problemas porque nos va a esclavizar. ¿Entonces? Vamos, con nuestra razón, a cultivar un escepticismo que nos proteja y nos exija aclarar racionalmente cada oferta y nos conduzca a la salida de nuestro laberinto.

Correo electrónico: enriquecss@gmail.com

No hay comentarios.: