Carlos Marín
Milenio - El asalto a la razón
7 de julio de 2006
Los signos en política suelen decir más que las palabras, y el que dio López Obrador antenoche, al abandonar su cuartel para irse a dormir, pareció expresar que sabía que realmente perdió.
Aunque acudirá al tribunal electoral, es poco probable que se ratifique lo que el PREP del IFE anticipó y confirmaron luego sus propios representantes en los 300 comités distritales del país: que Felipe Calderón ganó.
De ser así, Andrés Manuel habrá cometido el mayor error de su vida por no admitir sin dilación y con franqueza la derrota ni llamar a la reconformación de una oposición menos panchera de genuina izquierda.
Claro que tiene derecho a litigar pero, además de alentar una esperanza colectiva destinada a la frustración, corre el riesgo de que su poderoso liderazgo se vaya desinflando en mítines cada vez menos concurridos y con repetición de rollos, mientras otros de sus correligionarios, como él hace seis años, despegan con energía propia rumbo a 2012.
8 de julio de 2006
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