1 de junio de 2006

Entre Poseidón y La Profecía

David Páramo
Excélsior - Personajes de Renombre

01-06-06

A principios de este mes se estrenarán dos versiones de películas de la década de los 70. Poseidón (que originalmente se llamó La tragedia del Poseidón) y La Profecía. Andrés López Obrador plantea otro reestreno: La Inflación.


A pesar de lo muy confuso del anuncio del candidato del PRD la noche del martes, quedó claro que este hombre y sus asesores económicos creen en el expansionismo económico y la inflación.

Cuando se estrenaron las versiones originales de las películas había una corriente económica según la cual se decía que para crecer era necesaria la inflación. Muy rápidamente el mundo se dio cuenta de que se podría tener inflación sin crecimiento. Hoy los perredistas dicen que es preciso probar este modelo como si fuera nuevo, cuando ya demostró haber sido un churro para la mayoría de los mexicanos.

Si se analiza la correlación entre inflación, crecimiento económico y disminución de la pobreza, queda claro que, a mayor crecimiento en los precios, la economía se frena y aumenta el número de pobres. Sólo vea cómo creció el número de personas en la miseria durante 1988 o 1995 y cómo han disminuido en tanto que el Banco de México, gobernado por Guillermo Ortiz, ha logrado controlar la inflación.

AMLO prácticamente basa toda su propuesta económica en que logrará ahorros por 100 mil millones de pesos. Ningún economista ha podido cuadrar sus cifras. En un documento secreto que guardan junto con las encuestas en las cuales van ganando por diez puntos y a ver si logran explicar cómo le harían.

Según los perredistas, bajando sueldos de altos funcionarios (aun cuando eso sólo serían tres mil millones de pesos) y acabando con otros despilfarros, sin especificar cuáles, van a ahorrar 80 mil millones. Dicen que no se han hecho esfuerzos de ahorro durante esta administración, pero ello es una mentira y ahí están los números de la Secretaría de Hacienda.

En la simplificación hasta el absurdo de los perredistas, afirman que, sí pudieron disminuir 11 mil millones de pesos el Presupuesto del DF, cuyo monto es de 80 mil millones de pesos, ¿por qué no 100 mil millones del federal? Una de las primeras razones es porque los gobiernos perredistas de la capital, en el poder desde 1997, no hicieron ningún esfuerzo para disminuir el gasto corriente.

Los seguidores de AMLO consideran necesario disminuir el gasto corriente, pero la única pregunta es si le bajarán primero el sueldo a maestros o burócratas, quienes reciben la mayoría del gasto corriente de la Federación. Vamos, ni siquiera entran al centro del problema: la urgente necesidad de reformar el sistema de pensiones de la burocracia.

Los trenes bala, convertir a las Islas Marías en parque de diversiones y otras obras prometidas por los perredistas costarían más de los 100 mil millones de pesos… Entonces, es válido suponer que estas obras o no se harán o se van a financiar con deuda o a base de déficit fiscal.

En sus cuentas apuntan que podrían aumentar 20% el bienestar de quienes ganan menos de nueve mil pesos mensuales al reducir el costo de energéticos, electricidad y gasolina, así como ampliar apoyos monetarios para adultos mayores y la distribución gratuita de útiles escolares.

Vale la pena destacar que los economistas de la campaña de Felipe Calderón opinan que un programa como el anunciado por AMLO tendría un costo fiscal de 300 mil millones de pesos.
Bajar los energéticos en esta época de altísimos precios internacionales sólo haría más delicada la situación financiera de Pemex, la CFE y Luz y Fuerza del Centro, que viven momentos de gravísimo apremio financiero.

Según las cuentas perredistas, cuatro quintas partes serían un costo fiscal, pero, evidentemente, ni AMLO ni Rogelio Ramírez de la O explicaron de qué partidas saldrían estos fondos y, los 20 mil millones de pesos restantes, por la disminución de precios provocados por la baja de los energéticos. Es un hecho que los precios no disminuyen por mayores subsidios, según se vio en los años de mayores subsidios del populismo de José López Portillo y Luis Echeverría.

Al tratarse de subsidios generalizados se beneficia más a quienes más tienen y no a los que ganan menos de nueve mil pesos. Si bajan las tarifas de los energéticos, quien se queda con mayor proporción del subsidio es el que consume más.

La cartelera de estrenos setenteros se puede evitar. Ya sea no yendo al cine o no votando por un churro populista.


dinero@nuevoexcelsior.com.mx

2 comentarios:

Anónimo dijo...

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