26 de julio de 2006

Se buscan cuerdos

Manuel J. Jáuregui
Reforma
26 de Julio del 2006

Nadie niega ni desconoce la capacidad de destrucción que tiene en sus manos actualmente la fracción ex priista que ahora se llama PRD.

Cualquier piromántico con un cerillo en la mano puede causar grandes daños, ya no digamos los radicales que militan en esa agrupación y que espuman por la boca ante la oportunidad de desestabilizar al País y ganar por la fuerza lo que en las urnas no pudieron.

No obstante lo anterior, gente que antes se consideraba cuerda en el medio político, tales como Chucho Ortega y Ricardo Monreal, deben saber que al surgir la primer llamarada en el País, el primer achicharrado será el propio PRD, quien perderá opciones políticas en general, y las presidenciales del 2012 en particular.

No hablamos sólo de las oportunidades futuras del señor López, las cuales se desvanecen día a día ante su evidente carencia de estatura política, sino nos referimos a las oportunidades del PRD como organización, una en la que militan personas valiosas.

Nos referimos a opciones políticas reales para el futuro, tales como LÁZARO CÁRDENAS BATEL, Marcelo Ebrard (quien tendrá que administrar una ciudad complicada y dividida con base en avances concretos y no en disturbios), como Cuauhtémoc Cárdenas (fundador y líder moral de ese partido), y otros más que entienden de democracia y de política moderna.

Las democracias de hoy se construyen y fortalecen con base en INSTITUCIONES, no con base en personajes mesiánicos, pasajeros.

Si el PRD desea subsistir como opción política nacional más allá del 2006, necesariamente debe colocarse como una opción seria, confiable y CONSTRUCTIVA ante el electorado.

Los berrinches no funcionan, las amenazas son contraproducentes: las causas de que hayan perdido una elección que tenían ganada no son externas sino INTERNAS.

La soberbia de creerse por encima de todos y de todo (no asistir al primer debate, no reunirse con representantes del sector privado, etc.) sin duda contribuyó a la derrota.

Entonces, será el Trife el que decida si las quejas interpuestas son válidas, y si el resultado se oficializa, mientras los pretextos esgrimidos por el candidato perdedor para desconocerlo lucen contradictorios, vacilantes, variantes, inverosímiles y francamente falsos.

Por ello, pretender PRESIONAR por la vía de la fuerza a los tribunales es indebido.

El “voto por voto” YA SE HIZO, en ocasiones hasta tres veces, y lo realizó un ejército de UN MILLÓN DE CIUDADANOS que garantizaron la limpieza del proceso, en el cual no hubo ni “fraude cibernético” ni “cuchareo a la antigüita” ni nada.

Los errores que el mismo IFE ha detectado son errores humanos menores en casos aislados, que de ninguna manera alteran el resultado de la elección.

Esto lo saben propios y observadores extranjeros, por ello, ante la reticencia de aceptar los resultados por parte del PRD, la comunidad internacional ve cada día con mayor escepticismo a los perredistas.

Una gran mayoría de mexicanos, y así lo demuestran las encuestas, está conforme con el resultado de las elecciones y sabe que éstas fueron limpias y confiables.

Al AMENAZAR y pretender chantajear al País entero para que se cumpla el capricho irracional de un solo hombre, el PRD anula sus propias posibilidades futuras.

Vaya, cada día se aleja más de ser un partido político SERIO, de izquierda, para convertirse en un apéndice revoltoso remedo de los ZAPATISTAS, con mucha capacidad de hacer ruido, con mucho potencial para trastocar el orden, pero con menguadas opciones democráticas.

México busca, pues los necesita, entonces a esos perredistas cuerdos, a los prudentes, a los sensatos (que por supuesto hay), para que tomen el liderazgo de sus correligionarios y los convenzan de que el mejor resultado posible para el PRD es aquel que los conduce a RESPETAR las leyes y las instituciones, y a ACEPTAR un resultado que si acaso les fue adverso, no se debió a ningún “compló”, sino al haber caído en el exceso de confianza y soberbia.

fricase@elnorte.com

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