Carlos Marín
Milenio - El asalto a la razón
26 de junio de 2006
Una de las formas de adhesión más deleznables que engendró el priato ha vuelto locos de felicidad a los perredistas, amnésicos ahora de lo que tanto denunciaron y combatieron.
Es el voto corporativista, la indecente práctica que encarnan líderes de la calaña de los que padecen la CROC y el Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social.
Isaías González Cuevas anunció el jueves que los croquistas apoyarán en las urnas a Andrés Manuel López Obrador, y el mismo compromiso lo hará hoy Roberto Vega Galina, el pillastre que regentea las cuotas laborales y sabotea las finanzas de la principal institución de salud pública de México.
Pero no es el oportunismo (unos cuantos días antes de las elecciones) de las mafias sindicales lo que llama la atención, sino el hecho de que nadie del PRD, empezando por Andrés Manuel López Obrador —quien para ganar no necesita de votos por intimidación—, ha expresado su rechazo a la sospechosa y despreciable declaración de amor.
¿Desconocen los métodos de coacción y coerción que las camarillas gremiales ejercen sobre sus "representados" forzosos?
Si el vengativo Isaías González es quien pretendió el liderazgo del priófilo Congreso del Trabajo, donde soñó poner como segundo al "minero" Napoleón Gómez Urrutia (en cuyo apoyo ha estado dispuesto a sumarse a una huelga nacional), y hasta de la lista de candidatos a diputados plurinominales por el PRI fue excluido, ¿por qué los perredistas no pintan su raya?
A quienes piensen que su ofrecimiento es inmoral, Isaías dedicó estas palabras de consuelo:
"No estamos traicionando al partido (Revolucionario Institucional) en los principios, en su estructura, en sus estatutos…".
Tan es así (y aunque no existen los embarazos a medias) que él no quiere ser un traidor al cien por ciento, pues dice que dejarán a Madrazo condenado a su propia mala suerte, pero… votarán a favor de los demás candidatos del PRI.
¿Tan lambiscón y no toma en cuenta que el PRD quiere la mayoría en el Congreso?
Y ahí está ese otro cuate, el diputado por el PRI que desertó dizque como "independiente" y consiguió una candidatura plurinominal del PRD al Senado.
Es el mismo Vega que azuzó a sus agremiados para que intentaran sabotear a toda costa las reformas a la Ley del Seguro Social; el que en una asamblea fue interrumpido con rechiflas y abucheos por sus subordinados, hasta que El Peje trató de exorcizarlo alzándole el brazo como lo haría con un digno líder triunfador.
Que la CTM dé su apoyo a los priistas, es histórico y lógico.
Pero tan cerca de la victoria como parecen estar, los perredistas deben responder, antes del 2 de julio, si son la misma cosa.
cmarin@milenio.com
27 de junio de 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario