Gerardo Puertas Gómez
Reforma
1 de Julio del 2006
Hay imágenes televisivas que se graban en la memoria. Dejan huella por su contenido y su efecto. Ayudan a apreciar el pasado y a vislumbrar el futuro. Ante la elección de mañana, recuerdo dos de ellas.
Hugo B. Margáin, Secretario de Hacienda y Crédito Público, aparece en la pantalla. Un boletín comunica su renuncia. El Ejecutivo designa en su lugar a José López Portillo.
Mayo de 1973. Luis Echeverría Álvarez es Presidente. La crisis económica internacional profundiza la disminución en el ritmo de crecimiento del País.
El mandatario en turno toma una medida trascendente para la nación: modificar el modelo económico.
Abandonamos el “desarrollo estabilizador” que, mediante el mantenimiento de finanzas públicas sanas y la promoción de la inversión privada, había conducido a una etapa conocida en el mundo como el “milagro mexicano”.
Entramos al llamado “desarrollo compartido”, que se caracterizó por el impulso al gasto público y la intervención del Estado en la economía. Ambos elementos aderezados con una retórica populista. Se inicia lo que Gabriel Zaid identifica como la “economía presidencial”, es decir, el manejo de las finanzas desde Los Pinos.
¿Cuáles fueron los resultados del viraje impulsado por Echeverría? Pérdida de la disciplina fiscal, incremento del déficit, elevación de la deuda, aumento del sector paraestatal, altos índices de inflación y devaluación de la moneda.
El País pasó de 7.6 por ciento de crecimiento en 1973, a apenas 1.9 por ciento tres años después. Las crisis que nos azotaron a mitad de los 70 y durante los 80 encuentran su epicentro en dicha modificación de rumbo.
José López Portillo, Presidente de la República, aparece en el televisor. Rinde su último informe ante el Congreso de la Unión.
Septiembre de 1982. El incremento de la deuda externa y el aumento en el gasto público, la elevación de la inflación y la fuga de capitales, unidos a la disminución de los precios del petróleo, provocan la debacle.
El Ejecutivo resuelve tomar dos medidas de importancia para la nación: establecer el control de cambios y expropiar la banca privada.
Las determinaciones se dan sin el consenso de la Secretaría de Hacienda y del Banco de México.
El ejército ocupa las instituciones financieras. La bancada priista del Congreso aplaude al gobernante y la Suprema Corte de Justicia le felicita. Las organizaciones sindicales mayoritarias expresan su apoyo.
¿Cuáles fueron las consecuencias del cambio encabezado por López Portillo? El autoritarismo muestra su capacidad de destrucción de las instituciones. Dos terceras partes de la economía quedan bajo el control del Estado.
El problema se profundiza. La inflación sube a casi 100 por ciento anual y el tipo de cambio cae a 150 pesos por dólar. Faltan recursos para cubrir la deuda.
¿Avanzar o retroceder? Los comicios de mañana son cruciales. Encaramos grandes desafíos: consolidación de la democracia y actualización del derecho; construcción de una economía participativa y edificación de una sociedad incluyente. Hacia ese horizonte debemos caminar.
Hay imágenes televisivas que se graban. Mayo de 73 y septiembre de 82. Símbolos de una irresponsabilidad gubernamental que colocó a México al borde del precipicio. Populismo y autoritarismo. Yerros que ayer costaron mucho y errores que hoy no debemos repetir. Elementos de juicio para decidir por quién votar.
gerardo_pg@terra.com.mx
1 de julio de 2006
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