Juan Molinar Horcasitas
El Universal
14 de junio de 2006
Al final del debate presidencial del 6 de junio pasado, Andrés Manuel López Obrador hizo una de sus típicas jugadas: huir hacia delante lanzando una ofensiva mediática. Esta vez acusó a Felipe Calderón de beneficiar una empresa de su cuñado, otorgándole contratos por 2 mil quinientos millones de pesos en el sector energético. Para rematar, aseguró que esa empresa no pagaba impuestos. Falsedad. En eso, López Obrador recurrió, seguramente sin saberlo, a Voltaire, quien recogió una vieja enseñanza: "calumnia, calumnia, que algo queda". Luego, sus colegas recurrieron a toda clase de trucos para tratar de engañar a la gente, como fue el caso de las famosas cajas que no contenían prueba alguna, pero que llegaron cargando con lujo de escándalo. Farsa. Falsedad y farsa es lo que han utilizado en esta etapa.
Falsedad. La acusación inicial involucraba 2 mil 500 millones de pesos en contratos. Los asesores de López Obrador tuvieron que recular, reduciendo el tamaño del asunto a "11 contratos" celebrados en noviembre de 2003 y enero de 2004 con un monto total de 1.6 millones de pesos. ¡Pasaron de 2 mil 500 millones de pesos a 1.6 en un par de días! De ese tamaño era la mentira.
Pero la falsedad no termina ahí. Esos supuestos 11 contratos eran dos. Efectivamente, en el lapso mencionado, la empresa Hildebrando, o sus filiales, sólo suscribieron dos contratos (uno de ellos significaba 10 pedidos o prestaciones). Resulta, entonces, que de 2 mil 500 millones, sólo quedan 1.6; y de cientos de contratos sólo quedan dos.
Pero la falsedad tampoco termina ahí. La verdad es que ambos contratos son legales, y Felipe Calderón no participó, ni siquiera indirectamente, en ellos. El primero fue celebrado entre Pemex y Metadata el 7 de noviembre de 2003. El segundo, fue celebrado entre PMI Comercio Internacional e Hildebrando el 2 de enero de 2004. Revisemos ambos.
El contrato entre Pemex y Metadata inició en 1997, antes, incluso de que el PAN llegara al gobierno. La continuación de ese contrato fue legal (fracción I del artículo 41 de la Ley de Adquisiciones), pues Metadata era propietaria de tecnología y licencias exclusivas. En octubre de 2003, Hildebrando compró los activos de Metadata.
El Comité de Adquisiciones de Pemex aprobó ese contrato por unanimidad. El Comité de Adquisiciones estaba conformado por gerentes, subgerentes y funcionarios de menor rango de la empresa. Por supuesto, Felipe Calderón no participa en él. Los integrantes del Comité de Adquisiciones cumplieron con la ley (fracción I del artículo 50 de la Ley de Adquisiciones) que obliga a los servidores públicos a abstenerse de participar en el procedimiento de adjudicación de contratos que pudieran beneficiarlos personalmente, a sus cónyuges y a sus parientes de hasta el cuarto grado.
Como puede concluirse, Felipe Calderón jamás tuvo participación en la adjudicación del primer contrato.
Tampoco en la del segundo. PMI Comercio Internacional, S.A. de C.V. es una sociedad mercantil filial de Grupo PMI, que es a su vez una empresa filial de Pemex. Por tanto, PMI Comercio Internacional no es una entidad paraestatal y, por ende, no está sectorizada en la Secretaría de Energía.
La relación contractual entre PMI y Metadata inició en 1999. El contrato consistió en la renovación de las licencias de los programas que estaban en uso desde 1999. En octubre de 2003, Hildebrando, S.A. de C.V. compró los activos de Metadata, incluyendo sus derechos contractuales.
El 17 de diciembre de 2003, el Comité de Adquisiciones de PMI Comercio Internacional autorizó por unanimidad la adjudicación directa a Hildebrando del contrato de soporte técnico, mantenimiento y actualización. En la adjudicación no participaron ni el secretario de Energía, ni el director general de Pemex, ni funcionario alguno de alto rango. Sólo funcionarios de mucho menor rango.
Como puede concluirse, Felipe Calderón jamás tuvo participación en la adjudicación del referido contrato.
Pasaron a la farsa. Como López Obrador calumnió a Calderón, sus seguidores montaron un circo. Llevaron en tres cajas y un diablito documentos sin ningún valor de prueba que bien hubieran cabido en una carpeta. Ninguno prueba participación alguna de Calderón en contratos, como ya demostré. A la falsedad agregaron la farsa. Les costará la elección.
juanmolinarhorcasitas@hotmail.com
Diputado federal (PAN)
14 de junio de 2006
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