Reforma - Jaque Mate
3 de Agosto del 2006
"Nada hay tan conforme a la razón como esa negación de la razón".
Blaise Pascal
La lógica es muy sencilla. Como los señores del Tribunal Electoral pueden fallar en contra de lo que yo considero debe ser su decisión, le pido al candidato que contendió contra mí que les exija a los magistrados que fallen a mi favor, y como mi rival no me hace caso, secuestro a mis vecinos por tiempo indefinido. Pero eso sí, les pido una disculpa por hacerlo.
Es la misma lógica si, debido a que alguien me amenaza de que me va a pegar, yo respondo pegándole un puñetazo a un transeúnte que pasa junto a mí y le digo que le pego porque quiero que otro señor que va pasando le exija a quien me amenazó que no lo haga.
No hay mucha lógica en todo esto, pero tal es la actitud de Andrés Manuel López Obrador y del PRD al bloquear todo el corredor turístico Paseo de la Reforma-Zócalo de la Ciudad de México para exigirle a Felipe Calderón que le pida a los magistrados del Tribunal Electoral que cuenten nuevamente los votos de la elección del 2 de julio.
Lo paradójico del asunto es que este corredor ha sido uno de los proyectos que López Obrador utilizó como carta de presentación durante su campaña para la Presidencia de la República. El corredor era su prueba de que, en caso de ser electo, no gobernaría de espaldas a la iniciativa privada. Y, efectivamente, el corredor fue remozado con fondos de los negocios que se encuentran precisamente en el Paseo de la Reforma, Avenida Juárez y Madero.
Pero hoy López Obrador ya no necesita esa máscara y busca asfixiar económicamente a estos comercios y restaurantes... y todo para mandarle a Felipe Calderón el mensaje de que abogue por él frente a los magistrados del Tribunal Electoral.
El candidato del PRD está asumiendo una posición que él mismo sabe es absurda porque se ha dado cuenta de que esto funciona en un país como el nuestro en que la autoridad se niega a ejercer su función. Después de todo, los maestros de la sección 22 han mantenido secuestrada a Oaxaca durante más de dos meses exigiendo la renuncia del gobernador.
La lógica del secuestro de quien nada tiene que ver en el asunto es tan perversa que muchos simpatizantes del propio López Obrador la han cuestionado. Hay una izquierda inteligente en el país que entiende, para empezar, lo terriblemente injusto del ataque de Andrés Manuel a los trabajadores que deben ganarse la vida en el corredor turístico, pero que también se da cuenta de lo contraproducente de esta agresión a los habitantes del Distrito Federal para la imagen de López Obrador y del PRD.
Han empezado a surgir voces para que el gobierno federal intervenga. Después de todo, el Presidente tiene facultades para destituir al secretario de Seguridad Pública de la capital, lo que le permitiría nombrar a alguien que sí estuviera dispuesto a hacer cumplir la ley. Pero no lo hará por razones políticas. ¿Para qué meterse en un pleito con el gobierno capitalino y con el PRD, para qué usar la fuerza pública para abrir las calles y darle a López Obrador el mártir que éste busca, si el propio candidato del PRD está tomando las medidas necesarias para disminuir su popularidad política? Una intervención del gobierno federal violaría toda lógica política.
Lo peor de todo para los ciudadanos comunes y corrientes, los que no tenemos sueldos del gobierno o de los partidos políticos, es que Andrés Manuel y sus colaboradores se están metiendo en una espiral ascendente de radicalismo de la que no podrán escapar fácilmente. Ya han anunciado que seguirán endureciendo sus medidas de resistencia. Esto significa que el daño que están causando a los ciudadanos no es suficiente como forma de presión a los magistrados. Necesitan algo más.
Uno no puede dejar de temblar ante esta amenaza, sobre todo si consideramos que la estrategia del PRD para influir sobre el Tribunal Electoral ha sido agredir a ciudadanos que no tienen nada que ver en el asunto.
Hay diferencias en el movimiento de López Obrador. Han surgido voces sensatas en el entorno del candidato que le han señalado que el bloqueo, o cualquier otra medida destinada a agredir a los ciudadanos, no sólo es injusta sino políticamente dañina. Pero quien está tomando las decisiones, y quien al parecer no tiene ninguna intención de moderar las acciones de resistencia, es el propio López Obrador.
Todo parece indicar que el bloqueo del corredor turístico continuará. La lógica de Andrés Manuel y de los perredistas es completamente distinta a la de los humanos comunes y corrientes. Nosotros no pensaríamos en golpear a una persona para mandar un mensaje a otra para que asuma una posición frente a una cuarta. Pero poco a poco nos estamos dando cuenta de que ésta es la lógica de López Obrador. Y lo que más inquieta es la amenaza de que, como estos golpes no han sido suficientes, habrá que propinar otros más para que el mensaje se entienda.
Iguales
Si todos somos iguales ante la ley, todos podemos bloquear las calles que queramos. Si todos somos iguales, todos podemos exigir a la Compañía de Luz y Fuerza del Centro que nos instale diablitos para no tener que pagar la electricidad. Si todos somos iguales, todos podemos jugar futbol en las calles. Por el bien de todos, primero nosotros.
sarmiento.jaquemate@gmail.com
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