1 de agosto de 2006

Termina la comedia

Macario Schettino
El Universal
01 de agosto de 2006

Quisiera hablar con usted de otra cosa. Quisiera dedicar este espacio a compartir con usted información acerca de los retos que enfrentará México en los próximos años. Platicar, por ejemplo, de la caída en exportación de petróleo que ya inició y que será cada vez mayor. De cómo estos menores ingresos para el gobierno, sumados a los mayores gastos para pagar pensiones, harán imposible cerrar las cuentas públicas en un par de años. Valdría la pena hablar de esto, porque sólo una buena reforma fiscal nos puede ayudar, y hay urgencia de hacerla.

O podríamos hablar de la recomposición que está ocurriendo en el mundo, que amenaza con dejar fuera a América Latina. De cómo China y la India se han convertido en el eje del crecimiento económico, y cómo cambian sus patrones de consumo, abriendo grandes oportunidades para que México compita, pero que no estarán ahí esperando.

Tal vez también podríamos tratar de entender, usted y yo, lo que ocurre en Medio Oriente. Salirnos un poco de la manida simplificación de árabes e israelíes y recuperar un siglo y medio de historia, para discutir la posición estratégica de la región, o movernos hacia el Este, siguiendo la ruta de la seda, para llegar al terreno del "gran juego", que hoy mismo alcanza todavía mayor importancia geopolítica. Porque conforme avanza la ruta, saliendo de Bagdad, el terreno es chiíta, como lo es Hezbolá, ese grupo terrorista que con el apoyo de Siria y la complicidad de Líbano ha logrado acumular un poder militar superior al de la mayoría de los países latinoamericanos, al menos en pertrechos.

Quisiera compartir con usted el análisis de estos fenómenos que están ocurriendo en el mundo, y que nos afectan de manera muy significativa. Quisiera hablar de cómo seguimos sin prepararnos, y de cuánto nos puede costar esta tardanza.

Pero no puedo, porque el candidato que tuvo mayor presencia en medios electrónicos, que tuvo mayor apoyo de la opinión publicada, que construyó su candidatura haciendo uso de recursos públicos, ese candidato perdió y no es capaz de reconocerlo. Ese candidato dice que la elección no fue equitativa, pero no es capaz de darse cuenta que fue a su favor. Ese candidato dice que hubo fraude, pero a un mes de la elección no ha podido mostrar una sola prueba, una, de su dicho.

No puedo hablar con usted del futuro porque el candidato del pasado no quiere. Y no puedo ignorarlo, porque cada vez que se ha menospreciado a un demagogo, la sociedad se ha hundido. Lo dije la semana pasada, y hoy no puedo más que reiterarlo: el señor no es un demócrata, es un fascista. Esta palabra se acostumbra usar como superlativo de derecha, pero es un significado incorrecto. El fascismo es la combinación de un centro único de poder, una ideología que todo lo permea y una movilización permanente, como lo describió Juan Linz. Pues eso es el candidato perdedor, ni más ni menos.

Durante la campaña, se quejó de que lo calificaran de ser "un peligro para México". Ahora queda claro que no tenía motivo de queja. Eso es. Sin tener una sola prueba de fraude, no sólo ha insultado a todos, desde la autoridad electoral hasta sus mismos seguidores, sino que ahora moviliza a sus huestes, a la turba, como la califiqué la semana pasada, para que acaben con la vida normal de la ciudad de México.

¿Siguen pensando que este personaje quiere lo mejor para México? ¿Siguen creyendo que este demagogo ofrece una vida mejor? Lo puedo creer de la turba, pero no de personas pensantes. Porque no hace falta pensar mucho para darse cuenta de lo que pasa. Sólo la fe puede darles una excusa. Y guiarse por la fe es absurdo, a menos que esté dirigida a algo superior. ¿El mesías del trópico?

No puedo hablar con usted de otra cosa porque es de la mayor importancia que dejemos atrás esta comedia antes de que se convierta en tragedia. Aunque Goethe haya dicho que "contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano", creo que hablando podemos derrotarla.

Debemos derrotar a este último intento del pasado por arrastrarnos. Que hable el tribunal, pronto, y que todos cumplamos su palabra.

macario@macarios.com.mx
Profesor de la EGAP del ITESM-CCM

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