18 de julio de 2006

Pro Calderón

Germán Dehesa
Reforma

18 de Julio de 2006

En efecto, estos renglones están dedicados a la irrestricta alabanza de Calderón; pero no hablo de Felipe, sino de mi cuate el extraordinario caricaturista Paco Calderón tan felizmente casado y tan buen ciudadano. Esto último es lo que quiero destacar en estas líneas, puesto que así esta buena disposición cívica de Paco la puedo hacer extensiva, por lo menos a 42 millones de ciudadanos (41 que votaron y un millón de compatriotas que instalaron, hicieron funcionar, cuidaron, contaron y entregaron el resultado de la votación obtenida en la casilla que les fue asignada). Paco Calderón es una muy visible muestra de este trabajo ciudadano que, como bien me consta, es largo, a veces tedioso, siempre pesado y que se cumple con la entera voluntad de ser útil y sin otra recompensa que la de saber que se prestó un servicio al país.

Conozco a muchos que como Paco Calderón se afanaron en hacer bien esta tarea. Según yo y según seres pensantes y honestos como José Woldenberg, el mero hecho de suponer que este millón de ciudadanos se confabuló para actuar de manera fraudulenta y para sesgar su conteo, es demencial y/o perverso y nos está conduciendo a este peligroso ámbito espiritual en donde ya no se cree en nada.

Yo sí creo. Creo en la buena voluntad y en la capacidad de Paco Calderón y su millón de similares. Creo en el IFE, a pesar de los parpadeos mentales de Ugalde (una lectora me exige que le pida perdón a Pericles por haberle dicho imbécil. Obedezco: perdóname, Periclitos); creo en el Trife y creo en los cientos de ciudadanos que dieron la larga pelea para que estas instituciones existieran y sirvieran al país. Creo que en esta hora hay que hacer patente esta creencia, darle un entero voto de confianza y defender de todos los modos posibles a estas instituciones que ya cualquier baboso se siente facultado para vejarlas sin darse cuenta de que está deteriorando nuestras instituciones comunes. Hablar de los integrantes del IFE y del Trife como de delincuentes y casi corsarios electorales no tan sólo es una insostenible calumnia, sino una magna estupidez.

Este país es, por lo visto, dócil rehén de aventureros carismáticos que, por ejemplo, anuncian con voz jaspeada de historia que da comienzo “la resistencia civil”, pero que no anuncia en qué van a consistir estos actos, porque eso sólo lo podrá decidir la ciudadanía (que decidirá lo que él ya tenga decidido); estos inflamados seres son los que quieren secuestrar a las instituciones y al país, como si no nos bastara con el narco, la delincuencia organizada y toda la nómina de personajes y seres oscuros que se sienten y actúan como dueños de la nación. Ahora, además, tenemos que aguantar a Robin Camacho y Batman López. De Cota y de Ortega no digo nada, porque si fueran dirigentes de un grupo de boy scouts, éstos se les amotinarían en el camión que los lleva a la Marquesa.

Y ya. Es muy ingrata esta tarea de no estar de acuerdo con una muchedumbre fervorosa, urgida de futuro y necesitada de creer en alguien. Todavía es más ingrato disentir de tantos amigos tan respetados y queridos (los sigo respetando y queriendo).

Por el bien de todos y aunque constituya una clara ofensa a Paco Calderón y su millón, vayamos al recuento voto por voto. Me dicen que esto es lo único que puede aplacar al Robespierre tropical. Lo dudo. Si acaso lo aplacará si es que este recuento le favorece; cosa que parece harto dudosa, pero que lo privará de su reiterado y jamás probado argumento de que fue víctima de un megafraude y un cochinero. Así pues, mi agradecimiento eterno para Calderón y su millón, pero, dado que el Mesías de Macuspana ya entró en trance, vayamos a un nuevo recuento.


[..]

german@plazadelangel.com.mx

1 comentario:

Anónimo dijo...

Really amazing! Useful information. All the best.
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