Germán Dehesa
Reforma – Gaceta del Ángel
22 de Agosto del 2006
Ahora resulta. Ahora resulta que, prosternados, tenemos que agradecer los capitalinos que nos hayan concedido la inmerecida gracia de poder atravesar Reforma para poner en buenas manos (¡aleluya!) a nuestros chipotines cuyo verano, como siempre, ha sido agotador en lo espiritual y ruinoso en lo material. ¡Ozono, ozono en las alturas! y en la tierra paz para AMLO y el Gordo Encinas.
Hasta aquí lo que has leído, lectora lector querido, es de un marcado tono irónico, no te vayas a creer que de veras me muero del agradecimiento; lejos de eso, me harta que nuestra avenida siga en manos de seres fantasmales que ya ni siquiera se aparecen en sus “campamentos”. Y más me harta todavía la insolencia de Andrés Manuel que da por supuesto que si los jueces del Trife fallan en su contra, como seguramente ocurrirá, es porque esperan sustanciosas promociones en el futuro inmediato, o porque ya recibieron “cañonazos” de dinero.
Jamás estará en mí solicitar la represión, pero del mismo modo no están en mí el apocamiento y la sumisión y, la mera verdad, AMLO ya me tiene optudimóder con su creciente discurso derogatorio, ofensivo, falto de todo espíritu democrático, bravero y rijoso cuyo volumen aumenta precisamente porque nadie responde. Yo sí. Ya estuvo bueno de estar aguantando a un señor que ya le estorba hasta al partido que lo postuló. ¿Que vas a organizar una rebelión social?, ¡órale!, ¡bríncale, manito!, a ver de a cómo nos toca. ¿Que vas a sitiar al gobierno legalmente electo y, en la mejor escuela de Evo Morales, no lo dejarás gobernar? ¡Éntrale!, pero ve viendo de qué lado pega el diurex, no vaya a ser que la autoridad que dinamites sea la tuya. Créenos, AMLO, ya no haces gracia y como decía mi abuela, más vale batirse en retirada que retirarse batido; todos sabemos de las ganas locas que tenías de ser Presidente, pero ten presente que, llegado el momento, los votantes recordaron tu condición peleonera y pueblerina, tu numerito de la chachalaca, tu inasistencia al primer debate, tu colusión con Ponce y Bejarano, tus aires de suficiencia cuando te supiste arriba en las encuestas, tu costosa ruptura con Cuauhtémoc y, sobre todo, tu permisividad para rodearte de puro desecho y puro detritus político. Me refiero a Camacho, a Bartlett, a Fernández Noroña, a Martí Batres, a Porfirio, a Durazo y a muchos otros infraseres que tú recogiste en tu seno como si no tuvieras suficiente con Bejarano. Todo esto que de manera incompleta he esbozado son piezas claves del complot contra AMLO instrumentadas por el propio AMLO. Olvídate de Fox y de los “poderes fácticos” que obviamente conspiraron contra ti; concéntrate en lo que tú hiciste para ganarte la derrota y con ella el camino del martirio que tanto parece fascinarte. En eso, mi buen, tienes que trabajar y mientras tanto, aplácate, Satanás, y guarda a tus animalitos. Se acerca la hora de recuperar la normalidad y de ponernos todos a trabajar en santa paz sin olvidar, éste es mi mejor deseo, de lo prioritario que es dar la batalla contra la pobreza.
Se me ocurre que para que esta batalla resulte exitosa es indispensable la colaboración, la voluntad y la decisión, no del gran capital, sino de los pobres. Va a sonar escandaloso, pero nuestros pobres están muy malcriados y ya no podemos seguirles otorgando su beca de pobres. De lo que se trata es de crear las condiciones que permitan que todo aquel que quiera dejar de ser pobre tenga un camino para lograrlo. A eso hay que entrarle por tres vías: la nutrición, la salud y la educación. Lo demás, como decía mi tío el cuatrero, son cuentos musulmanos. Así es que, AMLITO, quítate que, por el momento, nomás estorbas.
¿Qué tal durmió? DCCCLXIII (863)
Las Muertas de Juárez y MONTIEL.
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22 de agosto de 2006
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