Marco Levario Turcott
Crónica
23 de Agosto de 2006
Supongamos que:
El IFE decide entregar fotocopias de las 42 millones de boletas de la reciente elección presidencial a las 791 personas que, hasta el 22 de agosto, las solicitaron. Para demostrar su convicción por la transparencia informativa y para no dejar dudas que el proceso electoral fue limpio, el consejero presidente, Luis Carlos Ugalde, señala que tomó esa decisión entre la ley de transparencia y lo que dice al respecto el Cofipe, que es la destrucción de las boletas electorales.
Entonces, funcionarios del IFE se comunican con esas 791 personas y les dicen que la fotocopia cuesta 50 cts.; cada solicitante tendría que pagar 21 millones de pesos. El monto total es de $ 16 mil 611 millones, o sea, cuatro veces más del presupuesto que en prerrogativas presentó el IFE para los partidos en 2006.
Como no todos están dispuestos a gastar o no tienen dinero, muchos retiran la petición y quedan sólo 300. De esas 300 personas, 250 se ponen de acuerdo para cubrir el pago y recibir las fotocopias. Se fija día, 1 de noviembre, y lugar, el Auditorio Nacional, adonde llegan cajas y más cajas, alrededor de 8 mil 400 suponiendo que en cada una entren 500 (la iniciativa de Magú para que fuera en el Estadio Azteca perdió por un voto). Para el evento de recepción y el conteo se registran cerca de mil 500 representantes de los medios de comunicación.
Contarán los votos los abajo firmantes de los desplegados que impulsaron la iniciativa más 95 mil voluntarios coordinados por la revista Proceso, ya que su director fue el primero que pidió la información. O sea que alrededor de 100 mil personas volverán a contar los votos, apenas el 10% de quienes participaron en las elecciones del 2 de julio, por lo que se le pide al IFE que mejor no, que no traslade todas las cajas a un solo lugar sino que las distribuya entre cada consejo que se conformó para ello. Y todo porque los promotores, más tres mil observadores extranjeros, resolvieron no emplear la consulta directa: quieren verificar cada boleta con sus propios ojos.
Falta ver la infraestructura electrónica y de recursos de personal para el acopio y el conteo total de los votos. El gobierno de la ciudad de México y los otros estados donde gobierna el PRD juntan los recursos y contratan a los expertos para adquirir toda esa infraestructura. El monto, para mí, es inimaginable.
Por fin, el 1 de noviembre inicia el conteo y nueve personas elegidas por su probidad intelectual y ética reciben la información, digamos, que en el Sacks de Polanco. Cámaras y micrófonos están atentas al conteo que fluye lentamente y sobre el que algunos medios como la ya dicha revista, La Jornada y Monitor entre otros, informan sobre las anomalías que se encuentran.
La información fluye poco a poco; está a la vista de todos en un portal web. Las otras 50 personas que no participaron del conteo se juntaron para decir que no están fielmente transcritos los resultados de los 250 revisores. Que según sus boletas Felipe Calderón obtuvo más votos en Guanajuato que lo que ellos dicen y comienza la controversia de una manera tal que, siete meses después, en nombre de la transparencia, se sigue discutiendo quién ganó las elecciones.
El IFE se diluye porque el Consejo Ciudadano para Volver a Contar los Votos (CCVC) está haciendo todo lo que hizo el Instituto, en el orden normativo y legal y con el sustento financiero que a todos nos costó.
Luego de revisarse con lupa las boletas, el CCVC valora los señalamientos de los observadores internacionales y impugnación de Las otras 50 personas que hacen huelga de hambre, dicen que ganó el candidato del PAN y convocan a un plantón en Reforma frente al Sacks; demandan volver a contar los votos.
Para sorpresa de todos, el CCVC determina que, por un margen menor del que se había dicho, ganó Felipe Calderón; su vocación democrática no les impide reconocerlo pues lo que ellos querían era sólo contar otra vez los votos para que nadie tuviera duda alguna. Finalmente, el dos de julio de 2007, la cabeza principal de Monitor, La Jornada y Proceso refleja nítido el resultado de su revisión imparcial: La elección fue transparente: ganó FCH.
mlevario@etcetera.com.mx
23 de agosto de 2006
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