Reforma - Jaque Mate
28 de Agosto del 2006
"Ya ni siquiera pasan la información que generamos. Quieren desaparecernos".
Andrés Manuel López Obrador
No deja de ser paradójico. Este viernes pasado, en una entrevista de casi una hora y media sin interrupciones con Jacobo Zabludovsky en el programa De 1 a 3 del Grupo Radio Centro, Andrés Manuel López Obrador se quejó de que existe un "cerco informativo" alrededor suyo. "Hace un mes que no aparezco en televisión", dijo el candidato de la coalición Por el Bien de Todos.
No sé realmente si sea cierto que hace un mes que López Obrador no aparezca en televisión, pero cerco informativo no hay. En los casos en que a mí me consta, los de mis programas de televisión o de radio, ha sido él quien no ha aceptado las reiteradas invitaciones para ser entrevistado. Las respuestas que han dado sus operadores de medios ante las reiteradas peticiones han sido "No" o "Con Sarmiento no" o "Quizá más tarde", pero el hecho es que no se me ha dado ninguna entrevista desde la elección.
López Obrador tiene todo el derecho de escoger quién lo entreviste, por supuesto, pero no puedo olvidar los tiempos en que él y su gente, cuando protestaban por el resultado electoral de Tabasco de 1994 o cuando promovían sus acusaciones por el Fobaproa, me agradecían efusivamente mis entrevistas porque decían que nadie más les abría espacios en los medios electrónicos. ¡Cómo han cambiado los tiempos!
A pesar de sus afirmaciones de que sufre un cerco informativo -y de su peligrosa tendencia a azuzar a sus seguidores en contra de los medios, lo cual pone en peligro a los reporteros que lo cubren día con día- no hay personaje político en este momento en México que tenga una mayor cobertura de los medios de información. De hecho, si comparamos la atención que se le da a él y la que está recibiendo Felipe Calderón debería ser el panista el que se quejara de sufrir un cerco informativo.
Especialmente paradójico es que López Obrador haya dicho que los medios no quieren cubrirlo en un muy popular programa de radio, el de Jacobo Zabludovsky, en el que habló durante hora y media, dijo lo que se le antojó y no fue interrumpido siquiera por cortes comerciales.
López Obrador ofreció en ese programa un prolongado monólogo en el que repitió muchos de los temas que ha venido reiterando en sus últimas semanas de "resistencia civil", inclusive el de que los medios no le hacen caso. Zabludovsky nunca interrumpió sus prolongadas respuestas: simplemente hizo las preguntas que un buen periodista debe hacer. Al final Andrés Manuel le agradeció haberlo dejado hablar durante tanto tiempo. Ningún otro personaje de la vida pública habría recibido un trato similar en un medio importante de comunicación.
La verdad es que los medios siguen dándole a López Obrador una cobertura muy intensa, quizá excesiva. Hay quien ha acusado a los medios, de hecho, de darle alas a López Obrador para llevar a cabo sus acciones en contra de los ciudadanos. La toma del Paseo de la Reforma, por ejemplo, es una medida realizada específicamente para mantener la atención a los medios. Lo dijo el propio López Obrador en su entrevista con el Financial Times: "Si no hubiéramos tomado Reforma, no existiríamos". Hay así razones para que la gente común y corriente, las víctimas del plantón, exija que los medios ya no le presten atención a Andrés Manuel.
Parte de la estrategia de López Obrador ha sido racionar sus presentaciones en medios de comunicación y aceptar entrevistas solamente en algunos, previamente seleccionados. Pero las entrevistas han sido constantes. Así, un día es entrevistado por Carmen Aristegui, el otro por el Financial Times -que señalaba que una entrevista con López Obrador es algo muy difícil de conseguir-, un día después por Le Monde y al siguiente por Zabludovsky. Si no ha estado en más medios es porque no ha querido. Claramente López Obrador está aplicando una estrategia de medios, pero no se ve por ningún lado un cerco informativo.
Quizá parte del problema es que López Obrador ha exigido siempre que los medios se plieguen a sus deseos. Nunca se quejó de la intensa cobertura de sus conferencias matutinas de prensa, la cual no se ha hecho nunca para las conferencias de ningún gobernador. Con el proceso de desafuero la cobertura se hizo mayor, pero después López Obrador se quejó de que los medios le habían prestado más atención a la muerte de Juan Pablo II.
En las últimas semanas López Obrador ha afirmado que no se cubre su plantón con la intensidad que él quisiera, pero además ha acusado a los medios de hostigarlo por hacer investigaciones sobre cómo se está financiando el bloqueo o qué beneficios buscan las organizaciones que participan en él. Ya lo hizo al descalificar un reportaje del periódico Reforma sobre las organizaciones que ofrecen vivienda pública a la gente a cambio de participar en el plantón.
Andrés Manuel es y ha sido siempre un gran estratega de medios. Puede vanagloriarse justamente de su habilidad para manipularlos. Lo que no puede hacer es quejarse de que los medios no le hacen caso.
Tribunal
Hoy, en una sola sesión, desahogará el Tribunal Electoral los 375 juicios de inconformidad por las elecciones del pasado 2 de julio. Si bien tiene plazo hasta el 6 de septiembre para calificar la validez de la elección, se espera que en esta misma sesión se concluya con este paso adicional y se emita la declaratoria de Presidente electo. Los partidos políticos están obligados por ley a acatar la decisión del Tribunal.
sarmiento.jaquemate@gmail.com
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