Ciro Gómez Leyva
Milenio - La Historia en Breve
01/09/2006
Es estrujante la conclusión del especialista en temas de seguridad nacional, Carlos Humberto Toledo, en el artículo que escribe hoy en Milenio: “Si la fuerza pública es exigida como medio último y recurso final para hacer prevalecer la voluntad mayoritariamente popular, los mandos de la coalición Por el Bien de Todos deberán, quieran o no, aceptar su responsabilidad histórica por ello”.
En otro momento sería una frase lógica, simple, pero decirla en las circunstancias actuales es un atrevimiento. A la corrección política no le gusta el uso preciso de algunas palabras. Por ejemplo, represión.
Nos hemos pasado dos meses escuchando juicios sobre la “protesta social”, “la crisis de las instituciones”, el marco legal”, el “uso legítimo de la fuerza”. Así llegamos a septiembre, mes en que habrá, por fin, un Presidente electo y el lopezobradorismo le tendrá que dar profundidad a su insurrección o, bien, tendrá que desinflarla. Septiembre: Presidente e insurrección.
Si la insurrección consigue avanzar unos pasos, se le habrán terminado las opciones al gobierno de Vicente Fox. No puede jugar otros tres meses al “cuando el adversario se está haciendo pedazos él solo, no lo distraigamos”. Si la insurrección avanza será porque, como dice Toledo, contará “con una masiva base popular activa y actuante, y un reconocimiento social de apoyo claramente mayoritario”.
Y si eso llegara a suceder, si se consumara la derrota de la política como vía para encontrar una solución, al gobierno no le quedará más que reprimir a quien se mueva al margen de la ley: disparar contra los lopezobradoristas (quizá agua, quizá gas, quizá salva, quizá plomo), perseguirlos, detenerlos, someterlos, procesarlos, amedrentarlos.
Si el gobierno fracasa, la insurrección habrá triunfado, al menos en un primer momento. Si tiene éxito, la represión implicará algún grado de reducción de ciertas libertades: asociación, manifestación, expresión. Por un lapso breve, o tal vez no tan breve.
¿De quién sería la culpa por ese infortunio? Un admirado amigo periodista me dijo hace unos días que de todos, los medios incluidos. Carlos Humberto Toledo escribe que, sobre todo, sería de López Obrador y los suyos, “porque si el Estado, por mandato de la ley, es compelido para accionar, queda sin opciones; y ese camino cierra en línea recta”.
Hemos llegado a septiembre.
gomezleyva@milenio.com
1 de septiembre de 2006
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