29 de agosto de 2006

¿Esto se acabó?

Yuriria Sierra
Excélsior - Nudo Gordiano
29-08-06

Ayer, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación resolvió las 375 impugnaciones a la elección presidencial presentadas por los distintos partidos (la coalición Por el Bien de Todos, por un lado; Acción Nacional, por el otro). Y aunque debido a la anulación de casillas fueron invalidados, a su vez, casi 238 mil sufragios, la ventaja global de Felipe Calderón sobre Andrés Manuel López Obrador se mantuvo en igual porcentaje.

La pista jurídico-electoral. A reserva de que, de forma inesperada, el TEPJF encontrara que se violaron sistemáticamente todos los requisitos de legalidad y equidad en la contienda presidencial como para declarar la famosa "nulidad abstracta", la sesión de ayer invita a creer que la fase poselectoral ya pronto va a finalizar y el candidato del PAN será declarado Presidente electo y va a recibir su constancia de mayoría. Ahí concluirá, efectivamente, la parte legal de la calificación de la elección presidencial. Y el primero de diciembre tendremos un nuevo Presidente de la República: Felipe Calderón. Después del 6 de septiembre, a la coalición Por el Bien de Todos y a su candidato se les habrán acabado los argumentos para pelear en el terreno jurídico. Pero habría que ser un poco chato de vista para creer que con el fallo del Tribunal Electoral y la toma de protesta de Felipe, las ambiciones de AMLO toparán con pared.

La pista político-callejera. Él ya lo anunció: a) que no reconocerá a ninguna institución y llamará a construir las que serán las verdaderas "instituciones del pueblo"; b) que el 16 de septiembre, en su convención nacional democrática, podría ser (si sus delegados así lo deciden, jajaja) declarado "presidente legítimo" del país y, c), que su movimiento de resistencia civil podría "durar años", al menos todos los que dure "la usurpación". Más claro ni el agua: López Obrador quiere cristalizar su sueño juarista de andar como "presidente itinerante" por toda la República Mexicana y generar, ahí donde pueda hacerlo, una ingobernabilidad que le sea facturada al gobierno que encabezará Felipe Calderón. La provocación para que el Estado utilice la fuerza pública y reprima al lopezobradorismo que se alce por aquí y por allá en el país, se plante en varias plazas públicas, tome oficinitas de gobiernos locales, etc. Esa será la apuesta de mediano plazo de El Peje. Para decir que el "espurio e inmoral gobierno de la derecha" no respeta la pluralidad y la libre expresión. El Peje seguirá buscando, durante los próximos seis años, por la vía de la victimización (que tan bien le sale), los garrotes que legitimen lo que López Obrador no logró por medio de las urnas el pasado 2 de julio. Y construir, desde esa lógica, su candidatura rumbo a 2012.

La pista político-institucional. Pero mientras López Obrador insulta a las instituciones de la República, una importante parte del perredismo las va a gerenciar y vivirá de sus nóminas. Cinco gobiernos locales y la segunda fuerza política del Congreso. Nada más y nada menos. A pesar de que el PRD tiene todos los incentivos para abandonar a su suerte al Peje a partir de diciembre próximo, tendríamos que ser muy chatos de vista para subestimar el poder de control que AMLO puede ejercer al menos sobre algunos importantes sectores del partido. Y más si El Peje, como ha sabido hacerlo en el pasado, encuentra la manera de resurgir de entre sus cenizas… Así que, al parecer, esto todavía no se acabó (mañana seguimos con el tema).

yuriria_sierra@yahoo.com

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