Carlos Marín
Milenio - El Asalto a la Razón
01/09/2006
Los partidos que integran la coalición en torno de Andrés Manuel López Obrador tienen hoy una oportunidad insuperable para optar entre dar a la sociedad una oportuna y clara señal de que quieren construir una sólida pista rumbo a la Presidencia en 2012, o continuar con su desmadre (de cuando las aguas de un río se salen de cauce o de madre) y dilapidar su capital electoral.
Para ganar confianza tendrán que renunciar a seguir pasándose de listos, ya que juegan a la institucionalidad en el marco de la Constitución (de donde se desprenden las prerrogativas multimillonarias de que gozan), pero fuera de él cuando apoyan a su líder en el propósito de “restaurar” una “República” patito.
Los nuevos diputados y senadores del PRD, PT y Convergencia deben tomar en cuenta una certera frase de Napoleón que sus adversarios del PAN acaban de descubrir: “Si el enemigo se está equivocando, no lo distraigamos…”.
Otra vez: ¡aguas!
cmarin@milenio.com
1 de septiembre de 2006
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