15 de julio de 2006

Demostremos democracia

José Rubinstein
Excélsior

15-07-06

No es que a López Obrador le hayan ganado las elecciones, él fue quien las perdió.

Más que ningún otro, Andrés Manuel López Obrador ha sido receptor de la hospitalidad mediática, haciendo copartícipe a la ciudadanía en las inéditas vicisitudes propias de su paso por el gobierno del Distrito Federal. Astutamente capitalizó los vanos intentos del gobierno federal por mermar su ascendente estrella y se convirtió en el aspirante con mayores posibilidades de ganar la Presidencia. El análisis político comprendió cuánta razón le asistía a AMLO en su preocupación por combatir la pobreza, por luchar contra la injusta polarización económica, por eliminar el abuso del poder y del capital.

No es que a López Obrador le hayan ganado las elecciones, él las perdió. Las perdió no asistiendo al primer debate, desairando a las diversas cámaras gremiales, confrontándose con los de arriba, esos los de la derecha, generalizando la omisión de pago de impuestos por parte de los ricos, llamándolos delincuentes de cuello blanco y traficantes de influencias, despreciando la crítica en contra, menospreciando adversarios, chachalaqueando a Fox, enviando cajas sin las evidencias correspondientes, anunciando triunfalistas e invisibles encuestas en su favor. La tenía, era suya y la dejó ir.

Prevalece una constante en el historial de López Obrador, incluso cuando formó parte del mismo gobierno, de mostrarse como un rebelde e idealista luchador injustamente perseguido, inocente víctima de mezquinos intereses.

Votamos más de 41 millones. Las elecciones costaron 11 mil 892 millones de pesos. Confiamos en la legalidad, en la organización e imparcialidad de los funcionarios del IFE. Además, cada partido estuvo representado en cada casilla. El IFE anunció que la apretada votación favoreció a Calderón; sin embargo, el TEPJF será el responsable de calificar las ya impugnadas elecciones y declarar triunfador.

Aun así, anticipándose al veredicto que teóricamente podría fallar a favor de su causa, AMLO no ha dejado títere con cabeza. Para él las elecciones significaron un fraude genérico maquinado, premeditadamente inequitativo, un cochinero. A Ugalde y compañía los tachó de mapaches y delincuentes. Entre otras, a Fox lo llamó traidor, mentiroso e irresponsable. De Calderón ni se diga, pelele y matraquero. Es más, barrió hasta con representantes electorales de su propio partido, culpándolos de vendidos.

AMLO está dilapidando su aún apreciable capital político con inusitado acelere. El desvanecimiento de pruebas exhibidas debilita la credibilidad de futuras acciones. Ha convocado a constantes movilizaciones y marchas. Cómo estarán las cosas que sindicatos como el STUNAM y la UNT resultaron moderados.

AMLO previno que llegará hasta donde la gente quiera, ¿solamente es gente la que lo apoya? ¿Y nosotros, los que hemos presenciado el espectáculo desde la primera entrada y nos sigue manteniendo cautivos en extrainings, acaso nosotros no somos gente?

Por considerarlo oportuno transcribiré el concepto de democracia del premio Nobel de la Paz 1994, Shimon Peres:

"La democracia implica una división, una colección de desacuerdos. No es un lugar de gente similar, sino de gente diferente. Su principio no es la igualdad, sino la igualdad de derechos para que cada quien sea diferente y no obstante las diferencias y los puntos de vista variados, sea posible vivir juntos y sin violencia. La democracia es la historia de la pluralidad y la tolerancia, no de la victoria y la imposición. Por ello, no hay victorias en la democracia, hay paz, y la paz es la verdadera victoria de la vida política de los pueblos".

Demostremos democracia.

jrubi80@hotmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nice colors. Keep up the good work. thnx!
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